“los hechos son sagrados; el comentario es libre”.

domingo, 12 de diciembre de 2010

LA VERDAD PARA EL PERIODISTA

LA VERDAD es uno de los asuntos más complejos a los que se enfrenta un periodista en su vida profesional. En realidad, es una de las cuestiones con más vericuetos y más discutidas de la vida de cualquiera. ¿Cuál es la verdad? ¿Existe algo digno de llevar ese nombre? Y si ésta no existiera, ¿podríamos los periodistas decir que somos objetivos? Si no existen principios básicos, difícilmente podremos alcanzar ese fin, que es el fin mismo de esta venerable profesión que pierde adeptos a pasos agigantados al calor de los medios basura y de sus propios e ineludibles errores.
Personalmente creo que sí existe la verdad, aunque me parece que es tan poliédrica, tiene caras tan variadas y distintas que difícilmente podemos alcanzarla. Pero no por ello debemos cejar en el empeño. La mentira en más sencilla. De hecho, como apasionado del trabajo de mis compañeras y compañeros de oficio, leo cada día mil versiones distintas del mismo tema, todas ellas ciertas y en ocasiones aparentemente contradictorias. Ninguna tiene por qué ser falsa. Esa divergencia es una cualidad misma de aquello que perseguimos.
Alguien dijo una vez que el principio básico del periodismo es no mentir. Contar cualquier cosa con el compromiso de decir siempre la verdad o, al menos, aquella que es capaz de alcanzar el periodista con sus brazos, a menudo cortos.
Quizá es aquí donde se encuentra la solución a este galimatías. En la honestidad. La honestidad y el compromiso con el lector de que el profesional y su firma son una garantía de certeza. Lo demás se llama prostitución y es bastante más antigua que el periodismo.
Uno debe tratar de enterarse de cualquier cosa que ocurre y que sea de interés para sus lectores, contrastar la información y contarla de la forma más adecuada. O al menos de la forma que cree más adecuada. Ni la elección del tema ni el enfoque ni su tratamiento son objetivos. Son la manera que tiene cada uno de ver las cosas. Pero aunque es imposible que sean la verdad, deben ser verdad y formar parte de una de esas caras.
Esto a veces sale caro, pero forma parte del acuerdo al que nos obligamos. Uno, al final, debe elegir si está en esto para hacerse rico o no. En general, eso no ocurrirá si se cumple bien con las reglas. Se trata de elegir entre la cómoda y facilona mentira y una de esas verdades que te permiten reconocerte en el espejo cada mañana durante años. La conciencia es la más incómoda compañera de viaje.

TALANTE HUMANO DEL PERIODISTA

OBEJTIVIDAD COMO SABER PRUDENCIAL: La prudencia es la base de la objetividad. Para ser objetivo hay que se rprudente, y asi no se distorsiona la verdad.

HONESTIDAD Y HUMILDAD INTELECTUAL: Saber reconocer cuando se esta en un error.

RESPONSABILIDAD: Responder por actos o pensamientos.

CAPACIDAD DE ASOMBRO: Saber ver lo que los demas no ven.c

LA VERDAD

La verdad se construye en el sujeto pero no es una percepcion de ti mismo porque la verdad la creas por evidencia.

Vas conociendo y por evidencia es que llegas a la verdad.

ORIGEN HISTORICO DE LA OBJETIVIDAD

PERIODISMO AMARILLO XIX: Prevalecía la necesidad de vender informacion.

AUGE E LAS AGENCIAS DE NOTICIA: Pregonaban la neutralidad para que sus informaciones fueran adquiridas por todo tipo de periodicos.

APOGEO DEL POSITIVISMO: Corrientre que exigia distinguir los hechos de las opiniones.

LA PIRAMIDE INVERTIDA: Método utilizado para jerarquizar la informacion.

LA ETICA DEL BUEN PERIODISTA

ESTADOS DE LA MENTE

CERTEZA:  estado de la mente que se adhiere firmemente a la verdad.

OPINION: Estado de la mente en el que el entendimiento se adhiere a una de las dos partes por temor a no estar en lo cierto.

DUDA: Estado de la mente en la que el intelecto fluctua entre lo afirmativo y lo negativo.

FE: Estado de la mente en la que el intelecto se basa en el testimonio y autoridad de el otro.

ERROR: Juicio falso a cerca de algo que se ignora.

GATEKEEPING

Es el proceso con el cual las ideas y la información se filtran para la publicación. El procedimiento de toma de decisión interno de retransmitir o de retener la información de los medios a las masas. La teoría primero fue instituida por el psicólogo social Kurt Lewin en 1947 y sigue siendo una de las teorías más importantes estudiadas por los estudiantes de la comunicación en masa y del periodismo. Gatekeeping ocurre en todos los niveles de la estructura de los medios - de decidir del reportero qué fuentes se eligen para incluir en una historia a decidir de los redactores se imprimen qué historias, o aún cubierto.

viernes, 10 de diciembre de 2010

La objetividad periodística

Es difícil que un comunicador social por esfuerzo que haga sea completamente objetivo; a veces la formación da el prisma para mirar el hecho noticioso, por ello, el punto de mira de un acontecimiento puede estar marcado por la estructura de valores que forma el pensamiento del profesional de la pluma y la palabra, y por esto puede ocurrir que sobre un mismo suceso, como es frecuente, se den distintas versiones.
Seguir Leyendo... La objetividad en el ejercicio de la comunicación es más fácil de sostener cuando se trata de narrar o describir un hecho, siempre y cuando se le conozca con exactitud y se sea testigo de él. Pero cuando el comunicador agrega juicios de valor a la noticia el terreno se torna resbaladizo, porque entonces el ángulo desde donde se comenta está preñado de las convicciones, a veces profundas, que por demás varían de un individuo a otro.
Con frecuencia el periodista comprometido públicamente con alguna causa, sea ésta religiosa, política o de la que fuere, tiene más credibilidad que algunos que se manifi estan imparciales, pues resulta que el que asume un compromiso es visto como un comunicador que agrega juicios de valor a sus comentarios aferrado a las convicciones que defi nen su conducta frente a la vida; el confeso imparcial, como no lo es en realidad, está amarrado a un código de valores que trata de ocultar pero que revela en la pasión de sus juicios.
A pesar de lo anterior, y conscientes de ello, hay comunicadores que luchan para vencer la tentación de sucumbir a la ausencia de objetividad, pero como su trabajo es hablar, y hablar mucho, o escribir profusamente, se les salen, de vez en cuando, en las peroratas que fl uyen a tropel, los refajos.